En rueda de prensa, el prelado ha manifestado que la promoción de esa "ecología integral" dista del que tiene "carácter ideológico". "No se trata de rebajar el contenido de la Encíclica pensando que se trata de una apuesta política", ha separado González Montes, quien en esta línea ha incidido en que "el uso de la ciencia y de la tecnología pasa por el filtro ético, aunque tenga diversas producciones de carácter político y social".
Así, ha explicado que la Encíclica "quiere ser un recordatorio y una llamada a percibir la Creación como un don del Creador". "Dios está en el origen y es la causa de este mundo universo en el cual se produce el prodigio maravilloso de la vida", ha añadido antes de advertir que esta vida reflejada en la biodiversidad se encuentra "en peligro", por lo que hay que tornar a una "conversión ecológica integral" en la que además de "salvar las especies" es necesario revisar "las relaciones entre el hombre y la naturaleza".
El obispo ha observado de esta manera que las relaciones entre el hombre y su medio han conducido a una explotación de los recursos económicos de la tierra "que producen una profunda desigualdad entre los seres humanos".
"Aquí hay que colocar la atención: es una Encíclica que quiere ser doctrina social de la Iglesia", ha destacado González Montes, quien ha dado relevancia a este aspecto del documento a la hora de plantear las relaciones del hombre con la producción y la distribución de bienes en el mundo para que basen "en la justicia y en la paz social verdadera".
Con esto, ha animado a trabajar la Encíclica en las escuelas, para tenerla presente en las clases de religión católica y en las catequesis con el objetivo de que "niños y adolescentes pueden ir desarrollando una mentalidad nueva que quizás los adultos no somos capaces de alcanzar con facilidad". "En la medida en que ellos asuman principios morales que implican un nuevo medio de relacionarse con la realidad ambiente, con el medio vital, puede cambiar esta mentalidad", ha opinado.