Amalia, la cuarentenial a la que sus abuelos vieron por primera vez a través de una ventanilla cumple un año

  • Les llaman "cuarentenials", son los bebés nacidos en plena pandemia

  • Para ellos las mascarillas y la falta de contacto familiar y social es algo habitual.

  • A Amalia la vieron sus abuelos por primera vez por la ventanilla y ahora cumple un año

Les llaman "cuarentenialls", son los bebés nacidos en plena pandemia. Para ellos las mascarillas y la falta de contacto familiar y social es algo habitual. Hace un año asistimos al momento en el que esta abuela veía por primera vez a su nieta recién nacida en Cambados, en Pontevedra. Fue a través de las ventanillas de un coche. No pudo acariciarla ni besarla por miedo al contagio y buenas ganas que tenía la abuela. La bebé se llama Amalia y hoy cumple su primer año de vida. Los “pandemials”, o también llamados “cuarentenials”, son los niños y niñas que nacieron en la segunda parte de 2019 y que atravesaron su primer año de vida en medio del encierro en 2020. En este 2021, están cumpliendo dos años o ya los cumplieron.

Un estudio llevado a cabo por Save the Children, en el que se entrevistaron a más de 6.000 niños, niñas y familias en Alemania, Finlandia, España, Estados Unidos y el Reino Unido, puso de manifiesto que uno de cada cuatro niños sufrió ansiedad por el aislamiento social derivado del coronavirus, y que “muchos de ellos” corren el riesgo de padecer trastornos psicológicos permanentes, incluida la depresión.

Es el caso de Amalia que ya tiene un añito. y celebra su cumpleaños. ¿Qué le falta a esta fiesta de cumpleaños? Abuelos, primos, amigos... Pero Amalia, cumple su primer año de vida a solas con sus padres.

Marta dio a luz en pleno confinamiento. Recuerda el miedo que pasó Pablo ni siquiera pudo asistir al parto. Así conoció Amalia a su abuela. A través de las ventanillas de un coche. Sin besos ni caricias. Los cuarentenials son bebés con menos contacto social. El padre dice que las fotos y las videollamadas son constantes. Acostumbrados a las mascarillas. Aunque no ven tantos rostros, no dejan de sonreír. Menos mal. "Que todos los que se lo están pensando no duden", dice pese a todo la madre. Vamos entonces a por el segundo, dice el padre. Y ahí siguen las risas.