En el momento de la avalancha, decenas de jóvenes que eran empujados y caían al suelo, unos sobre otros. Aarón se salvó de milagro. "Intentaba retorcerme de todas las formas posibles, pero no había manera. No podía mover los pies. Intentaba mover a gente de mi alrededor y no podía. Intentaba agarrarme contra la pared. no podía hacer nada. Era una agonía tremenda, no podía moverme". Este chico asegura que se juntaron en este pasillo de tan solo 3 metros de ancho cientos de jóvenes: los que salían y entraban de la pista y los que iban al baño. Se formó un tapón, los vigilantes arrancaron una puerta, pero la gente se cayó al suelo y se empezó a amontonar unos encima de otros. Y la famosa bengala, si es ésta, no causó la tragedia, ya que todo había ocurrido ya. "Yo vi la luz de la bengala cuando ya estaba en el suelo. Los de seguridad no sabían cómo actuar". A Aarón lo salvaron sus amigos. "Me agarraron de la mano y empezaron a tirar de mí. Mi novia también tiró de mí y yo noté que, si conseguía sacar el pie de la zapatilla, podría salir de allí". Su peor recuerdo: una chica que estaba a su lado. "Había una chica con la cabeza a la altura de mi pierna. Yo podía mover la parte de arriba de mi cuerpo, pero esa persona no podía ni respirar. Pienso que lo probable es que haya muerto, y estaba al lado mío".