En enero de 2016, Lexi pesaba 220 kilos y Danny, su novio, 127; lo máximo que ambos habían llegado a pesar jamás. La pareja se dio cuenta de que la única solución a su problema era bajar de peso, así que eso se propusieron para 2016.
Sin una dieta establecida ni un entrenador personal y, por supuesto, sin pasar por el quirófano, la pareja consiguió transformar sus cuerpos de una manera sorprendente en menos de dos años, según informa Mirror.
“Queremos ser padres en el futuro y vivir más tiempo juntos. No teníamos ni idea de que en un año y seis meses íbamos a ser una pareja completamente diferente. Hemos perdido peso pero hemos crecido juntos.”, escribía Lexi en su cuenta de Instagram.
Además, según ha dicho, la experiencia, en vez de suponer una barrera para su relación, les ha unido más si cabe.
“Este hombre lleva a mi lado diez años y no me trató de manera diferente cuando pesaba 220 kilos a como lo hace ahora, a mis 82. Todos nos merecemos vivir una vida que amemos y tener gente alrededor que haga que merezca la pena vivirla.”, ha añadido.
La historia de Lexi y Danny ha inspirado a muchos otros, demostrando que el trabajo duro realmente da sus frutos. Como dice Lexi: “No siempre vas a tener tiempo- tienes que sacar tiempo. Mañana es un nuevo día. Nunca os rindáis y seguid luchando.”