La extrema delgadez y la pérdida de peso incontrolada han provocado desenlaces trágicos que, en muchos casos, han conmocionado a la opinión pública de medio mundo.
El miércoles, el caso de Malissa Jones volvió a la actualidad tras confirmar que, después de haber sido la adolescente más gorda de Reino Unido, sufría anorexia.
De 215 kilos pasó a pesar sólo 51 y ahora lucha a diario para ganar la batalla que, según los médicos, puede perder en cuestión de meses de no tomárselo en serio.
Sin embargo, el caso de Malissa no ha sido el único que ha protagonizado las noticias de numerosos medios internacionales. Otros como el de la modelo y actriz Isabelle Caro ocuparon las portadas de medio planeta tras lucir sus esqueléticos cuerpos.
Caro participó en una polémica campaña publicitaria en la que mostraba sin tapujos sus escasos 30 kilos para alertar a los jóvenes de los riesgos de las dietas y los dictados de la moda.
Finalmente, Isabelle no pudo vencer a la enfermedad y falleció el pasado 17 de noviembre.
El mismo trágico final tuvo el modelo peruano Jeremy Gillitzer que murió en agosto de 2010 pesando 29 kilos.
Gilitzer luchó 25 años contra una anorexia que comenzó a padecer a raíz de una ruptura sentimental. Tras sumirse en una depresión, se obsesionó tanto con su físico que hacía estrictos ejercicios que combinaba únicamente con manzanas o bocadillos.
Los más jóvenes, también víctimas
Sin embargo, la enfermedad no entiende de edades y en otras situaciones se ceba con los más jóvenes. Ese es el caso de una menor de 17 años que falleció el pasado enero en la localidad malagueña de Fuengirola. La chica, que pesaba alrededor de los 30 kilos, sufrió un paro cardiaco.
Por su parte, Anna Wood, una chica británica de sólo 15 años, decidió seguir la dieta que hacía su madre para perder algo de peso. En un año, la joven falleció tras sufrir un ataque al corazón por la anorexia que padecía. Su cuerpo no pudo soportar las crisis provocadas por el trastorno alimentario.