El nuncio apostólico en Irak asegura que "la persecución y el martirio han unido mucho a los cristianos" ante Daesh

EUROPA PRESS 10/06/2017 11:30

Ortega ha detallado que los grupos armados del autoproclamado Estado Islámico daban tres posibilidades a los cristianos cuando invadían sus barrios en Irak: "convertirse al Islam, pagar un impuesto y mantener las propiedades, o marcharse". Ante esta situación, la "mayoría se fueron perdiéndolo todo, y al regresar han encontrado sus casas y propiedades destruidas y quemadas", y eso "está siendo muy duro" en la liberación de las zonas sometidas al Daesh.

El papel principal de la Iglesia en Irak en este contexto "ha sido el de ayudarles: construir iglesias y hospitales para los cristianos perseguidos o pagarles el alquiler de las casas provisionales donde han tenido que hospedarse". El nuncio ha destacado la "esencial" labor de Cáritas y de la fundación pontificia de Ayuda a la Iglesia necesitada.

Los cristianos que han tenido que huir de sus casas en Irak por las amenazas del Daesh "no se lamentan de lo que han pasado, porque incluso tienen palabras de perdón y rezan por la conversión de quienes los han expulsado", ha recalcado.

"He preguntado a los cristianos perseguidos de allí qué esperan de los cristianos de Occidente y me he llevado la sorpresa de escuchar que no quieren dinero o ayuda, sino que vivamos nuestra fe porque eso es lo que a ellos de verdad les ayuda", ha añadido.

UN ESPAÑOL NOMBRADO NUNCIO EN IRAK

Alberto Ortega nació en Madrid hace 54 años y fue ordenado sacerdote en 1990 por el entonces arzobispo de Madrid, el cardenal Ángel Suquía Goicoechea. Desde entonces es miembro de la organización católica Comunión y Liberación. Además, estudió Filosofía y Teología y obtuvo el doctorado en Derecho Canónico.

Se trasladó a Roma en 1993 para preparar su carrera diplomática en la Academia Pontificia Eclesiástica. A partir de julio de 1997 entró a trabajar en el Servicio Diplomático de la Santa Sede como consejero de la nunciatura apostólica de Nicaragua y seguidamente fue secretario de las nunciaturas de Sudáfrica y el Líbano.

Pasó a la Secretaría de Estado de la Santa Sede en 2004 y tres años más tarde se convirtió en director de la Secretaría para las delegaciones del Norte de África y la península Arábiga. Durante estos años coordinó en la Sección de Relaciones con los Estados y fue participe en las negociaciones para solucionar el conflicto israelí-palestino. Finalmente, el papa Francisco lo nombró en 2015 nuncio apostólico en Jordania e Irak.