A preguntas de los periodistas durante la presentación del balance económico de la diócesis en 2009, el arzobispo de Toledo ha dicho que "aceptan todas las críticas, pero, lo que no se debe aceptar es el insulto" ni "la mala educación", cuando en otras ocasiones han venido otros jefes de Estado y "nadie ha dicho nada".
Ha precisado que cuando habla de "ataques desaforados" se refiere a la "manera" de presentar la visita del Papa como una "injerencia", como una persona que "no es digna de ser recibida en un lugar como España, que de algún modo eso genera mucho dinero, no se si mucho gasto".
Ha añadido al respecto "no se ha visto con el mismo prisma otros gastos que ha habido con motivo de otras personas que nos han visitado y no se ve lo que puede dar de prestigio a España, de incremento, incluso, de dinero y posibilidades".
Se ha referido el prelado a lo dicho en algunas tertulias y a los insultos de "un señor en Barcelona con una bicicleta dando voces contra el Papa delante de los Mossos d'Esquadra y nadie dice nada".
Ha insistido en que cuando el Papa criticó el laicismo en nuestro país y aludió a los años treinta, no se refería a la República, sino a "algunas confrontaciones entre el laicismo y la Iglesia", no solo en España, sino también en Europa, como el nazismo en Alemania.