El arzobispo de Toledo pide por el Papa y los jóvenes, para que contribuyan "a la paz, la concordia y la verdad"

EUROPA PRESS 15/08/2011 13:34

El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha pedido a la Madre de Cristo del Sagrario que interceda por el Papa Benedicto XVI, por los jóvenes católicos, para que lleven en ellos "la fuerza de la Cruz y el amor a los hermanos", contribuyendo "a la paz, la concordia, la verdad y la honradez de vida, virtud tan necesaria en nuestros días".

Ha sido en la misa celebrada en la Catedral Primada con motivo de la festividad de la Virgen del Sagrario --patronal de la ciudad--, a la que han asistido más de cinco mil fieles, donde el arzobispo ha hecho referencia a las Jornadas Mundial de la Juventud (JMJ).

De este modo, Rodríguez ha recordado en su homilía a los jóvenes de más de 30 países que "han vivido con nosotros la fe que compartimos, conociendo nuestra tierra y la manera de prepararse en las Diócesis de España la JMJ Madrid 2011 antes de su celebración en esta misma semana".

LA DEVOCIÓN A MARÍA NO ES IDÓLATRA

De otro lado, el arzobispo ha recordado a los fieles presentes en la Catedral que "la devoción a María no es idólatra". "Al pie de la Cruz ella se mantiene erguida, como la misma cruz. Allí donde otra se hubiera desvanecido, ella no se satura de tristeza, deja que la herramienta del dolor se hunda siempre más profundamente, esa espada en su corazón de ver a su Hijo sufriendo el abismo del sufrimiento y el abandono", ha indicado.

"La que no había sufrido los dolores del alumbramiento en la Navidad, sufre ahora los dolores de todos los alumbramientos a la gracia de todos los hombres", ha dicho.

"Al dejar al Verbo tomar carne de su carne, ella le daba a Dios la capacidad de sufrir en un alma y un cuerpo de hombre. Así es como María es Madre de la Vida. Consintiendo en la Cruz de su Hijo. Otras, sin duda, ante el presentimiento de un destino tan terrible, habrían pedido abortar. Muchas, en el Gólgota, habrían soñado para su primogénito una inyección que inoculara una muerte pronta e inodora. Son las madres de nuestra cultura de muerte, que permiten matar por miedo al sacrificio", ha lamentado.

El arzobispo ha asegurado que "el alumbramiento es una alegría, pero también es una responsabilidad y un riesgo". "María lo recuerda de la manera más fuerte posible. Dar a luz es también exponer a las tinieblas. Dar la vida es también entregar al sufrimiento y a la muerte. Para una resurrección, es verdad, pero para una resurrección que será la de la alegría eterna o la del sempiterno orgullo. Los padres sólo se abren radicalmente a la vida si consienten en esta aventura a la vez trágica y dichosa", ha explicado.

Ha reconocido que los padres "deben preservar a su hijo del dolor lo mejor que puedan, como María y José en Nazaret, pero si lo ciegan en lo referente a la muerte, si olvidan enseñarle el peso de la Historia y el amor a la Verdad hasta el don total de si, el pobrecillo blandengue de su hijo buscará el sol entre los neones, la vitalidad en la comida 'bio', el heroísmo en la heroína, y la contemplación en el espectáculo".

Asimismo, ha considerado que el hijo, "hastiado pronto, sin saber qué hacer de su angustia, ignorante de que puede encontrar, por ejemplo, el oro de la oración, vaciará por si mismo los tubos de calmantes".

Es por ello que ha afirmado que "desde el momento en que no se le educa para el martirio-el testimonio-, las caricias pueden muy bien multiplicarse, suaves y protectoras: preparan al suicido".

BOTIJOS

En el atrio de la Catedral Primada, como es tradición, los toledanos, turistas y los miles de peregrinos que estos días han llenado la ciudad han podido beber del agua de la Virgen en los típicos botijos.

El arzobispo de Toledo presidirá esta tarde la Santa Misa en la Puerta de Bisagra, a la que asistirán más de 15.000 jóvenes que celebran en Toledo los Días de las Diócesis.