Un asesinato y una condena de cárcel para sendos periodistas revelan las dificultades para la prensa

EFE 11/03/2009 11:50

Jawed Ahmad, trabajador de la cadena canadiense CTV News que hace cinco meses había sido liberado de la prisión estadounidense de Bagram, fue abatido a disparos anoche en el centro de Kandahar.

Un portavoz insurgente consultado hoy por Efe mantuvo que los talibanes no son los autores del asesinato del informador, que se apeaba de su vehículo cuando fue tiroteado y murió en el acto.

Sospechoso por sus contactos con los talibanes, Ahmad había sufrido once meses de reclusión en la prisión que las tropas estadounidenses tienen en su base de Bagram, al norte de Kabul, donde dijo que había sido torturado.

En un comunicado, la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) reveló que Ahmad tenía intención de escribir un libro sobre su experiencia en la prisión de Bagram.

RSF mostró su consternación por la muerte del reportero y exigió al Gobierno que no quede impune como otros anteriores.

El presidente afgano, Hamid Karzai, calificó de "inhumano y bárbaro" el asesinato de Ahmad, y mantuvo que "los enemigos de Afganistán (término empleado para definir a los talibanes) no pueden obstaculizar la democracia y la libertad de prensa en el país", según una nota oficial.

Al mismo tiempo, Efe supo hoy de la condena en firme a 20 años de cárcel para otro reportero afgano, Syed Pervez Kambakhsh, que trabajaba para la publicación "Jahan-e-Nawa" de Mazar-i-Sharif cuando fue detenido en octubre de 2007 bajo acusaciones de "blasfemia" y "distribución de textos difamatorios para el Islám".

En enero de 2008, una corte de esa ciudad, capital de la provincia de Balkh, lo condenó a muerte por haber distribuido y debatido con sus compañeros de la Facultad de Periodismo de Mazar-i-Sharif un artículo sobre la falta de derechos de la mujer afgana de una autora iraní afincada en Europa.

Tras recurrir la sentencia, una corte de Kabul se la conmutó por 20 años de prisión en octubre pasado pero Kambakhsh, arropado por las asociaciones afganas de prensa y RSF, acudió al Tribunal Supremo en busca de justicia.

El hermano de Kambakhsh, Syed Yaqub Ibrahimi, informó hoy a Efe de que el Supremo ha confirmado la condena.

Ibrahimi, que también es periodista y colabora con medios internacionales desde 2003, denunció que su hermano es víctima de un "juego político" y demandó a Karzai que revise la sentencia.

Según Ibrahimi, la condena contra su hermano es en realidad una "represalia" por los artículos que él mismo ha escrito sobre las violaciones de los derechos humanos en el norte de Afganistán.

En un comunicado distribuido en Kabul, la Federación Internacional de Periodistas (IFJ) deploró la actuación del Supremo que, dijo, confirmó la sentencia contra Kambakhsh sin siquiera celebrar una vista.

El abogado del periodista, Mohamad Afzal Nuristani, fue informado el pasado día 8, cuando fue a la corte a entregar documentación relativa al caso, de que los magistrados ya habían dictado sentencia un mes antes, sin comunicarla a los afectados.

"La IJF está estupefacta por la manera en que el Tribunal Supremo de Afganistán ha tomado su decisión", dijo su directora para Asia-Pacífico, Jacqueline Park, en el comunicado.

Park denunció que al periodista "se le ha negado" un "juicio justo", por lo que demandó la intervención de Karzai y del ministro de Justicia, Abdul Salam Azeemi.

"Este caso es una prueba crucial para la Judicatura y el Gobierno afganos en un momento crucial de transición del país a la democracia", subrayó Park.

RSF ha venido solicitando a las autoridades afganas una reforma de la ley sobre la blasfemia y, tras conocer la decisión del Supremo, apeló a Karzai a usar sus prerrogativas y otorgar el perdón presidencial a Kambakhsh.

A principios de año, RSF alertó de que cada vez es más difícil para los periodistas afganos hacer su trabajo por la amenaza que representan los ataques y secuestros a manos de talibanes y bandas criminales.

En 2008, dos periodistas murieron y medio centenar fueron objeto de ataques o amenazas en Afganistán, según RSF.