John David Battaglia, un ex contador estadounidense, recibió una inyección letal el pasado jueves por la noche por asesinar a sus hijas Faith, de 9 años, y Liberty, de 6, en mayo de 2001. Pero no es el único culpable, ya que contó con la ayuda de su segunda esposa. La pareja mató a las hijas de Battaglia en su apartamento de Dallas durante una visita programada de manera trágica, como recoge CBS.
Los abogados del procesado apelaron la sentencia alegando que el hombre de 62 años estaba delirando y eso le hacía incompetente para desarrollar la acción, pero el Tribunal Supremo de Estados Unidos la rechazó. En su declaración final, Battaglia le envió un mensaje a la madre de sus hijas: "No, bueno, Hola Mary Jean. Nos vemos todos más tarde. Adelante por favor”. Battaglia fue la tercera ejecución de la nación este año, todas en Texas.
Battaglia disparó y mató a sus hijas en su apartamento de Deep Ellum durante una visita programada por el tribunal. El hombre se reunió con su ex mujer y madre de sus hijas en el aparcamiento de un centro comercial para recoger a las niñas, ya que debía mantenerse alejado del hogar familia debido a una orden de alejamiento.
Poco después de que Battaglia recogiera a sus hijas, él llamó por teléfono a su ex mujer, Mary Jean Pearle. Una de las niñas le preguntó a su madre por qué quería que Battaglia fuera a la cárcel, en alusión a un comentario realizado por el padre, y poco después Pearle escuchó a una de sus hijas decir: “No, no, papá” seguido de una ráfaga de disparos.
Faith recibió tres impactos de bala y Liberty cinco. Horas más tarde, la policía estadounidense encontraron a Battaglia en una tienda de tatuajes, donde le estaban grabando dos grandes rosas rojas en el brazo izquierdo para conmemorar a sus hijas. Cuando salió, cuatro oficiales lo sometieron y lo arrestaron antes de encontrar un revólver completamente cargado en su camión. Battaglia ha estado en el corredor de la muerte desde 2002.