La última vez que Juana, de 47 años, estuvo en el juzgado de violencia de género fue en febrero, cuando la policía detuvo a su novio y presunto asesino, de 38 años, por quebrantar el alejamiento. Acudieron alertados por vecinos, quienes llevaban tiempo escuchando discusiones en la vivienda y ya en más de una ocasión habían llamado a las autoridades. Aquella vez Juana intentó ocultarlo, aunque lo había denunciado al menos tres veces por malos tratos. En la última valoración en abril, tampoco dijo que había vuelto a convivir.
"Ella volvía con él porque cambió la cerradura de su casa después de la última discusión", han explicado los vecinos.
Fue el dueño del restaurante donde Juana trabajaba como cocinera quien, alertado por cuatro días de ausencia y los antecedentes violentos del novio, denunció la desaparición. “Me extrañó que en su WhatsApp pusiese que no lo utilizaba desde el miércoles”, ha contado éste.
La policía encontró el cadáver de Juana en su casa, con heridas de arma blanca. Su novio tiene una treintena de antecedentes, entre ellas intento de homicidio y violencia con otras parejas.
En busca y captura desde el primer momento como principal sospechoso, el hombre, de nacionalidad marroquí, quien se encontraba en situación ilegal en España, ha sido localizado y no ha cruzado la frontera, como se pensaba que iba a intentar hacer.