La discusión estará abierta prácticamente hasta el final, ya que entre los 16 países de la Convención --entre los que figura España-- hay dos bloques enfrentados. Por un lado, los nórdicos, como Noruega, Dinamarca o Islandia se oponen a establecer un área marina protegida en esta región (que ocupa el 40 por ciento de las aguas dentro de OSPAR) porque va en contra de sus intereses pesqueros y comerciales. Mientras, gran parte de los países defiende la postura contraria.
España, según ha explicado a Europa Press la responsable del programa de costas de Greenpeace, Pilar Marcos, está siendo "uno de los grandes impulsores de la propuesta" frente a los anteriores Estados que "quieren deslegitimar a OSPAR" bajo la justificación de que el organismo internacional ha estado hasta ahora dormido en cuanto a los asuntos árticos.
"Esperamos que OSPAR se posicione como un agente claro en la protección de estas aguas bajo su jurisdicción", ha deseado.
El Ártico forma parte de la región I y se caracteriza por su clima duro y su cobertura de hielo. Pese a su baja densidad de población, las actividades humanas tales como la pesca y la producción de petróleo en aguas lejanas son "relativamente importantes", según reconoce la Convención, que destaca sus ecosistemas de aves marinas en el mundo.
Además el flujo de agua oceánica en esta región supone un climatizador de la superficie del agua del planeta porque contribuye a regular el clima del resto del mundo.
Marcos ha indicado que la reclamación de Greenpeace es que OSPAR apruebe un plan de acción para la región Ártica ya que hasta ahora la Convención "no se ha metido en la gestión de estas aguas", en parte por que los países nórdicos quieren que el plan se haga "en cooperación con el Consejo Ártico", sin embargo, la ONG cree que la iniciativa "debe ser de OSPAR", ya que el primero no es vinculante y está formado también por Rusia y Canadá cuyas "ideas son menos conservacionistas".
"Que cumpla su mandato y proteja el Ártico, asegurando un compromiso para el establecimiento de un área marina protegida que abarque el 10 por ciento del futuro santuario", ha reclamado.
En concreto, ha explicado que la propuesta de Greenpeace pasa por crear un área marina protegida en las aguas permanentemente heladas e internacionales que van desde el polo norte hasta el límite de Groenlandia y Noruega.
"Nuestro horizonte es positivo y esperamos que los países nórdicos sigan y apoyen la propuesta. Deseamos una hoja de ruta para la creación de un marina protegida y que no se deslegitime el poder de OSPAR", ha deseado Marcos, quien ha recordado que 7 millones de personas en todo el mundo y 300.000 de ellas en España, han firmado la petición de Greenpeace para que se cree un santuario en el Ártico.
De crearse un área marina protegida en el alto Ártico, a su juicio, sería un "precedente muy claro del interés de las naciones por proteger el planeta" ya que este océano no solo es "importante" para la protección de especies como el oso, las morsas sino también por su influencia en el régimen de vientos, corrientes marinas o de regulación de la temperatura del planeta. "Es el aire acondicionado de la Tierra", ha apuntado.
NECESARIO PARA FRENAR EL CAMBIO CLIMÁTICO
"Si queremos que la temperatura del planeta no suba más de dos grados centígrados es preciso crear este santuario, no solo por parar el deshielo, sino porque se paralizará a las petroleras que causan el deshielo, yendo a la raíz del problema", ha advertido.
Asimismo, ha destacado que la importancia de este santuario es que se crearía una línea roja donde las actividades humanas estarían reguladas y no se permitiría la pesca y las exploraciones.
En cuanto a las distintas posturas, Marcos ha elogiado la posición de España que, junto con Alemania, Francia y la Unión Europea están verbalizando y apoyando la protección del Ártico. "Ahora sí es claro su liderazgo para proteger este entorno", ha valorado.
Por ello, la representante de Greenpeace ha deseado que OSPAR "haga lo que tiene que hacer" que es proteger las aguas de su convenio en 2020 y no claudicar ante los países nórdicos que ven en el Ártico su parte del pastel.
Marcos ha recordado que en la campaña de la ONG, el cantante Alejandro Sanz se reunión con el presidente estadounidense Barack Obama para abordar esta cuestión y el mandatario le expresó que su interés era proteger el Ártico y, de hecho, hace dos meses protegió una zona del Ártico en Alaska. Sin embargo, el departamento de Interior de Estados Unidos acaba de dar un permiso para hacer prospecciones petroleras en ese Estado con una autorización ambiental integrada.
"Es una dicotomía, por un lado quiere liderar la lucha contra el cambio climático, firmando un acuerdo con China, pero él sabe que ara luchar contra el cambio climático es preciso que las reservas del Ártico se queden sin explotar", ha apuntado.
En definitiva, Greenpeace exige a la Comisión OSPAR que lidere una vez más la protección del medio ambiente marino y recuerda que "el Ártico no puede esperar".
La responsable de la campaña del Ártico de la ONG que está en Ostende (Bélgica) Elvira Jiménez ha advertido de que los Estados miembro tienen la posibilidad de actuar "de forma responsable y decidida sobre su mandato y acordar un plan ambicioso para el Ártico, que incluya el desarrollo de una hoja de ruta para la declaración de un área protegida en las aguas heladas del océano Ártico".
La Convención OSPAR está formada por Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda, Islandia, Noruega, Países Bajos, Portugal, Suecia, Suiza, Reino Unido, la Unión Europea y España.
Se trata del mecanismo de cooperación con el que estos 15 países junto con la Unión Europea tratan de proteger el medio marino del Atlántico noreste. Ospar se creó en 1972, en la Convención de Oslo contra el 'dumping'. Dos años más tarde, en 1974 se inició la Convención de París, para garantizar los recursos de tierra firme y la industria de hidrocarburos offshore. Estas dos convenciones se unieron, actualizaron y ampliado en la Convención de OSPAR de 1992.