Según el doctor Deirdre Tobias, no todos los tipos de grasas son malas e incluso algunos puede ser beneficiosos para proteger el corazón y reducir el peso. Además, apunta que inducir a no comer alimentos grasos ha contribuido al auge de los alimentos dietéticos y a contar constantemente el número de calorías que se ingieren, tal y como recoge el ‘Daily Mail’.
Por este motivo los expertos comienzan a seguir muy de cerca la dieta Mediterránea, que combina de manera equilibrada el consumo de comidas algo grasas como el aceite de oliva con pesacado, carnes, frutas y verduras junto con cereales. Un equipo de investigadores de la Universidad de Hardvard, han averiguado que es más recomendable seguir una dieta baja en carbohidratos, antes que cortar de raíz la ingesta de grasas.
Todo esto significa que, traducido a kilogramos, los que realizan durante un año una dieta como la Mediterránea tienen a perder 1,15 kilogramos más que los que siguen una alimentación sin grasas. Si se compara con la alimentación de personas que no siguen ninguna dieta, la baja en carbohidratos ayuda a perder una media de 5,41 kilogramos.
Sin embargo, según recoge el medio británico, no todos los científicos están de acuerdo con estas hipótesis. El profesor Tom Sanders del King’s College Londo, considera que es fundamental reducir el consumo de grasas para bajar de peso, sobre todo en alimentos con azúcar y fritos.