Hace unos días conocíamos la historia de Teófilo Rodríguez, un joven valenciano de 34 años y de 385 kilos que, según la Conselleria de Sanitat valenciana, ya tiene un tratamiento específico. Eso sí, antes de conseguirlo, Teo denunció que estaba viviendo un autentico calvario: se quejó del trato recibido y aseguró que le dieron, en un primer momento, el alta hospitalaria antes de tiempo.
Baltasar, por su parte, también está desesperado porque asegura que su vida corre peligro. "Me levanto, ando diez metros, me canso… Entonces me tengo que volver a sentar. Vuelvo a anda otros diez metros y me tengo que volver asentar", explica, relatando además que necesita que le extirpen la vesícula pero no le pueden meter en el quirófano.
Denuncia que los hospitales gallegos no están preparados para tratarle. Detalla que no hay básculas ni camas que soporten su peso: "Lo que me han dicho en el hospital del Salnés es que no me pueden intervenir porque no hay una mesa de operación que soporte mi peso; y no me pueden anestesiar".
Por su parte, desde el Servicio Gallego de Salud aseguran que nunca han rechazado a un paciente por su peso, pero se les exige que adelgacen antes de operarles. Este se siente incapaz de hacerlo por sí solo y exige a la Sanidad Pública una solución.