La investigación había comenzado hace unos meses tras un aparatoso robo de vehículos de alta gama en Zaragoza. Con uno de esos coches robados asaltaron en octubre pasado a un representante de joyería en pleno centro de Madrid. Le sacaron a golpes por la ventanilla y se llevaron su manta llena de oro y relojes.
La banda contrató también a un histórico butronero experto en la lanza térmica. Hoy podíamos ver parte de su equipo abandonado en un robo en Logroño. Le llaman el Taca y tiene otras 22 detenciones en su historial. Capaz de fundir las cajas acorazadas en tiempo record se lo disputaban las bandas de delincuentes hasta el punto de que hacían cola en su casa para reclamar sus servicios. Hoy el jefe del grupo de robos de la UDEV nos explicaba que la familia le había rogado que se cambiara de casa por esas colas de chorizos a su puerta para contratarle.
La banda del piojo contrató al taca e hizo el agosto por numerosas ciudades españolas. Actuaron en Santander, Valencia, Zaragoza, Málaga, Barcelona o Madrid. Tras cuarenta robos la policía decidió darles caza pero esta mañana un juez de Madrid ponía en libertad al último de los doce delincuentes detenidos. El Taca salía por la puerta de los juzgados y volvía a repetir eso de “yo no he pisado todavía un juicio”. Es verdad, nos dicen los agentes que esperan que por fin sea juzgado y pase algún tiempo en la cárcel.
El que no ha querido “mojarse” ha sido el director de la policía que evitado decir al frase “están libertad” y ha preferido repetir que el juez ha aplicado medidas cautelares a los miembros de la banda del piojo. Tendrán que presentarse en el juzgado cada quince días, pero a fin de cuentas están en libertad para seguir practicando butrones o alunizajes.
Se repite la historia de hace un año cuando el piojo y su banda fueron detenidos por la Guardia Civil tras cometer cuatro alunizajes a la semana durante dos meses. Calculen