Barcelona ha dado esta semana su mayor golpe a la venta ambulante no autorizada de latas de cerveza actuando en 13 locales de los distritos de Ciutat Vella, Sants-Montjuïc y Sant Martí, donde la Guardia Urbana ha decomisado 178.204 latas sólo en tres días, entre el martes y jueves.
Para dar una idea de su relevancia, el primer teniente de alcalde y responsable de Seguridad, Joaquim Forn, ha subrayado en declaraciones a los medios que en todo el año pasado decomisaron 300.531 latas --un 4,49% más que en 2010--, y sólo en tres días se han incautado de más de la mitad de este número.
Si bien no se pueden practicar detenciones en este caso, en el que se aplica la ordenanza del civismo, los 13 locales han acabado con latas inmovilizadas --la mayoría de cerveza--, y tres ya han sido precintados mientras que el resto también lo serán como muy tarde la semana que viene, y serán multados con sanciones administrativas.
En el 'top 3' figura el número 6 de la calle Olivera, almacén sin licencia que surtía a todo el Poble Sec y el Raval con 79.028 latas inmovilizadas; el 6 de la calle Judici, donde se han incautado de 39.880; y el 26 de Joaquim Costa, establecimiento sin licencia con 22.919.
Entre los puntos adonde distribuían los 13 locales Forn ha destacado la calle Nou de la Rambla, en el Raval; la avenida Paralelo·, alrededor de la discoteca Apolo y el Poble Sec; la zona del Born y todo el frente marítimo, con la Barceloneta y las playas de Sant Martí.
Forn ha explicado que el dispositivo se enmarca en la ofensiva del Gobierno municipal contra la venta ambulante, y perseverarán todo el año --también en Gracia--, priorizando almacenes y distribuidores frente al 'latero' porque creen que es la manera "más eficaz" de actuar.
Ha resaltado que ha sido un dispositivo "con inteligencia", pues por primera vez han trabajado con algunas de las principales cerveceras --entre las marcas más habituales en las calles de Barcelona hay Estrella Damm, aunque Forn no ha citado ninguna-- para descubrir cómo se surte el 'latero', y el camino que siguen las latas que llegan a sus manos desde que se producen.
Con ello se han podido investigar los puntos de suministro, venta, almacenaje y comercialización, detectando quienes son los que van a buscar las latas, que distribuyen a veces grandes supermercados, algunos más pequeños y bares que tienen un consumo relativamente bajo pero adquieren muchas latas, "lo que hace saltar sospechas", según Forn.
Forn ha pedido la colaboración de los barceloneses, resaltando que "hay muchos motivos" por los que están en contra de la venta ambulante: condiciones insalubres de las latas --escondidas con frecuencia en papeleras, cloacas y contenedores--; la precariedad de los 'lateros' explotados por redes; y las molestias por ruido y suciedad en la calle.
LOS BARES SE QUEJAN
A ello se le añade otro, la pérdida de negocio de los bares, cuyas quejas motivan en buena parte este dispositivo a gran escala de la Urbana, según ha dicho Forn, que ha destacado que así ayudan "a la gente que paga sus impuestos y se gana la vida" en plena crisis, pues sufren una competencia absolutamente desleal, ha afirmado.
En suma, y al preguntársele si Barcelona se librará de las latas por unos meses, ha dicho que él no sería tan optimista, añadiendo: "Debemos continuar limpiando las calles; debemos continuar haciendo unos esfuerzos importantes y más en los meses de verano y, por tanto, no bajaremos la guardia".