Según fuentes recogidas por Daily Mail Los bebés parecen capaces de leer el pensamiento a los de su alrededor. Para comprobarlo, una primera persona entra a una habitación y guarda unas tijeras en un cajón. Una segunda persona llega y se guarda las tijeras en el bolsillo. Cuando retorna el primer hombre, va a buscar las tijeras al sitio donde las dejó y se equivoca. Por el contrario, el bebé en la mayor parte de los casos acuden a buscarlo al sitio correcto, en este caso el bolsillo.
Parece magia, pero no lo es. Los más pequeños son mucho más empáticos y poseen mayor capacidad para la habilidades sociales que el resto de especie del planeta y, por supuesto, que los adultos.