Tanto que ya lleva más de dos años luchando por superarlo y por enfrentarse a la terrible tragedia que vivió aquel día y que aún hoy requiere que especialistas le ayuden a afrontar los episodios de pánico que padece.
Porque aquella noche terminó en una brutal paliza en la que perdió tres piezas dentales y sufrió la rotura de la mandíbula.
Como relata Liverpol Echo, todo empezó una noche de diciembre. Lois avisó a su novio Andrew de que había quedado con un grupo de amigas en un bar de Liverpool. A pesar de que era una cita de chicas, le invitó a acompañarlas. Él accedió a ir pero no se sentó con el grupo sino que permaneció aislado en la barra bebiendo unas pintas.
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En mitad de la noche el grupo decidió cambiar de ambiente y Lois volvió a invitar a Andrew aunque prefirió no acompañarles no sin antes obligarla a quedarse con él en la barra mientras terminaba su consumición. Ella le preguntó si le importaba aunque él dijo que no.
La quedada de chicas siguió su camino pero Andrew acosó a Lois con varios mensajes de whatsapp en los que le recriminaba que hubiese preferido estar con sus amigas antes que con él. Así que Lois pasó del móvil y se dedicó a pasarlo bien.
Lo último que hizo esa noche antes de quedarse dormida en su casa fue cambiar su foto de perfil de Facebook. Sustituyó una en la que estaba junto a Andrew por otra en la ella aparecía sola, sin él.
Y eso enfureció a Andrew. Tanto que por la mañana Lois se despertó con los gritos y los golpes que le propinaba su novio completamente fuera de sí. La agresión fue brutal según su propio relato. Recibió múltiples patada y puñetazos en la cara y llegó a notar cómo una de las piezas dentales desprendidas se le introducían en las fosas nasales.
A pesar de que intentó zafarse de su agresor, este logró impedírselo encerrándola en su propia casa y arrojando la llave para que no la encontrase. Lois no pudo así avisar a ningún conocido para poner fin a la tortura que estaba sufriendo.
Como consecuencia de los golpes fue trasladada a un centro hospitalario en dónde se le diagnosticó la pérdida de tres piezas dentales y la rotura de la mandíbula.
Tras poner una denuncia contra su pareja, la policía lanzó una alerta para tratar de localizarle. Fue esta colaboración ciudadana la que permitió su localización dos días más tarde.
Un año más tarde, en noviembre de 2017, el agresor fue condenado por un tribunal británico a una pena de 36 meses de cárcel al tiempo que dictó una orden de alejamiento de Lois.
Pero Andrew ya está en la calle tras pasar solo 11 meses entre rejas y Lois vuelve a temer por su vida. No era la primera vez que él se mostraba violento y la agredía, ya lo había hecho antes cuando terminaba las discusiones abofeteándola.
Por eso ahora ha tomado la iniciativa de contar su caso y hacer públicas las imágenes de aquella agresión. Quiere que se conozca su agresión y que quienes pasan por su situación tengan el valor de denunciar a sus agresores.