Cae una red de importación de artículos falsos para el 'top manta'

EUROPA PRESS 08/07/2011 11:42

La Guardia Civil ha imputado a veinte personas por formar parte de una red que introducía masivamente género falsificado en España a través de diferentes aeropuertos para posteriormente distribuirlo entre los vendedores del 'top manta' en lugares turísticos.

La operación ha permitido la incautación de más de 23.000 piezas falsificadas --valoradas en siete millones de euros-- entre bolsos, carteras, cinturones, gafas o relojes procedentes de Bulgaria y que entraban en la Unión Europea vía Grecia.

La Unidad de Investigación Fiscal de la Guardia Civil del Aeropuerto de El Prat inició la operación en el mes de abril cuando detectó una llegada "masiva" de género falsificado, según el responsable de la unidad, Ignacio Cabello, que ha explicado que los productos se enviaban mediante compañías de transporte internacional "aprovechando la libre circulación de mercancías dentro de la UE.

Los agentes detectaron que la mercancía no sólo llegaba al Aeropuerto de El Prat sino a otros aeropuertos Españoles desde donde una red de intermediarios los distribuían a 'manteros' que actuaban en lugares turísticos como Lloret de Mar, Castelló d'Empúries, Salou, Cambrils, Palma de Mallorca o Almería.

Según Cabello, la red "estaba inundando el mercado español de cara a la temporada de verano" por lo que la operación ha permitido neutralizar la mercancía ilícita antes de que llegue al destinatario final que no es otro que el turista o el ciudadano español que compra ese género en los paseos marítimos de los núcleos turísticos.

Como consecuencia de la investigación, la Guardia Civil ha imputado a una veintena de personas --originarios del norte y del centro de África y principalmente intermediarios en la distribución de los productos-- por un presunto delito contra la propiedad industrial y ha incautado más de 23.000 falsificaciones de conocidas marcas comerciales con un valor de 7 millones de euros.

La operación continúa abierta ya que todavía no se ha podido desarticular el origen de la red, que tiene su base en Bulgaria.

Los responsables de la organización adquirían estos productos, fabricados en países como China o Turquía, y los introducían en Grecia sorteando los controles aduaneros con el objetivo de aprovechar la libre circulación de mercancías en la Unión Europea y llegar al mercado español.