De acuerdo con el veredicto leído por el juez del tribunal provincial: "Yem Chrin es culpable por ejercer la medicina sin título, por inyectar a las personas con jeringuillas que contagiaban el VIH y por torturar a personas hasta causarles la muerte".
Al parecer el hombre reutilizaba las jeringuillas con frecuencia con diferentes pacientes, aunque durante el juicio negó que lo hiciera para infectar con el VIH, según ha publicado la BBC.
Su abogado argumentó que Yem Chrim solo trataba de ayudar.
Diez de las personas, residentes en la aldea, a los que trató han muerto desde que se detectó al primer enfermo de sida en 2014, según informaron las autoridades locales.
Al descubrir el primer caso, comenzaron a realizar pruebas en la aldea, en la provincia de Battamban y encontraron 270 personas portadoras del VIH.
La Policía ha asegurado que Yem Chrin ejercía como médico desde 1996 y era muy respetado entre los aldeanos que le atribuían poderes curativos y que daba tratamiento a las personas con menos recursos económicos.