Un niño con cáncer consigue ver a su hermana recién nacida antes de morir

Informativos Telecinco / Agencias 13/01/2018 17:04

Al aparecer los primeros síntomas durante el verano de 2016, los especialistas estaban seguros de que Bailey padecía una infección vírica. Por desgracia no mejoró con los antibióticos y unos análisis de sangre desvelaron que tenía un cáncer poco conocido llamado linfoma de Hodgkin.

Este cáncer se desarrolla en los vasos sanguíneos y cuando se lo descubrieron ya estaba bastante avanzado en la etapa tres, por lo que Bailey comenzó un tratamiento de quimioterapia.

Durante un tiempo, parecía que había mejorado y que la enfermedad había remitido. No obstante, unas pruebas médicas informaron de que el organismo del niño había recaído y el pronóstico no era favorable.

“Nos llamaron del hospital y nos dijeron que había recaído y que le tenían que volver a ingresar. Los médicos decían que había una tasa de supervivencia del 70% por lo que obtuvo un trasplante de células madre. Lo intentamos todo”, explica su madre a Bristol Post.

El cáncer se había extendido por el pecho, los pulmones, el hígado y el estómago y el pequeño tuvo que volver a someterse a quimioterapia.

Finalmente, y tras haber estado luchando contra el cáncer durante quince meses, los médicos informaron a los padres de Bailey Cooper, de nueve años, que a su hijo le quedaban escasos días de vida, a lo sumo una semana.

“Nosotros no teníamos ni idea. Cuando lo llevamos al hospital pensamos que estaría bien. Bailey tenía solo nueve años, pero nosotros fuimos muy abiertos con él. Cuando se lo dijimos, se derrumbó y dijo que no quería irse solo. Nos quedamos con él un par de horas, pero pronto juntó fuerzas y lo aceptó. Nos miró sonriendo y nos dijo que nos fuéramos a casa”, informan sus padres a Bristol Post.

Por su parte, Bailey empezó a organizar su propio funeral y ordenó que el principal requisito para asistir era que todos se vistieran con trajes de superhéroes.

“No pensamos que viviera tanto tiempo, pero él estaba decidido a conocer a su hermana. Ella nació a finales de noviembre y él la abrazó e hizo todo lo que haría un hermano mayor: cambiarla, lavarla, cantarla… Sin embargo, empeoró trágicamente. Fue muy difícil. Sabía que no iba a estar aquí en Navidad, pero intentamos que preparara su carta de Papá Noel. Al principio, él se negó pero luego pidió un montón de regalos más adecuados para niños de menor edad. Había pedido todo pensando en su hermano porque sabía que él no iba a jugar más”, explican sus padres.

El día 22 de diciembre, Bailey tuvo que ingresar en el hospital pues se encontraba muy débil. “Nos sentamos allí, mirándolo mientras se iba. Le leímos historias y escuchamos su música favorita. En Nochebuena, a las 11.45 horas, estábamos junto a él y sabíamos que se iba a marchar. Le dijimos que era hora de irse. Y respiró por última vez”.

Poco después, cientos de superhéroes se juntaron en su funeral para despedirse de él. “Estamos desolados, pero también felices de que ya no sienta dolor. Lo más difícil es vivir sin él. En nuestra última reunión familiar nos dijo que solo nos permitía llorar durante 20 minutos”.