Tal y como explica el diario gallego, el hombre condenado obligaba a su hija a realizar tareas en el campo tales como cortar leña, levantar postes de luz con una grúa o colocarlos en una cuadra, regar la finca o ayudar en las tareas del hogar. Y todo con tan solo 12 años.
Además, si la menor no conseguía realizar una tarea tal y como quería el padre, ya fuese porque la hacía mal o porque no podía debido a sus capacidades físicas, el progenitor la castigaba e insultaba. Esos castigos podían ser desde patadas a puñetazos y pasando por amenazas de muerte.
“Monte de merda”, además de decirle que no valía para nada, eran algunos de los improperios que el agricultor condenado le decía a su hija de 12 años. Además, La Voz de Galicia indica que incluso le llegó a golpear con una azada en la espalda.
Y aunque la pequeña no denunció en ese momento, sí que lo hizo a los 14 años. La situación era tal extrema que su hermana mayor tuvo que llegar a defenderla y a acogerla en su casa.
Así, tras la denuncia, el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo acogió este 9 de mayo la vista por conformidad. Allí el agricultor asumió haber maltratado de manera habitual a su hija. Por ello, además de la condena de seis meses de cárcel, el hombre aceptó 640 días de trabajos sociales, la asistencia a un programa reeducativo y la imposibilidad de acercarse a su hija durante 13 años.