Se ofrecen casas para patos: razón, Trebujena

  • La cerceta pardilla es una de las aves más amenazadas de Europa

Las casas, son pequeñas, poco mas de medio metro cuadrado, pero el jardín inmenso. Ocho hectáreas de terreno, de las cuales seis van a ser inundadas en unos minutos, con las aguas del Guadalquivir. Cómo si no, atraer a unos inquilinos, para los que las aguas de las marismas del gran río, son de vital importancia. Unos futuros inquilinos, que tienen nombre y apellidos, cerceta pardilla, una especie catalogada en peligro crítico de extinción.

"A principios del siglo XIX era la especie más abundante de Doñana, y hoy es el pato más amenazado de Europa", dice Manuel Vázquez, de la Estación Biológica de Doñana. "Ahora mismo no creo que haya más de 1500 ejemplares en la península ibérica. Estamos hablando de un pato que se contaba por millones y ahora por miles".

"A principios del siglo XIX era la especie más abundante de Doñana, y hoy es el pato más amenazado de Europa"

Tan pocos, que para seguir con esta historia, y dado que es difícil verlos, conviene hacer un alto y describirlos. La mejor manera de hacerlo sería hablar de un pato "de lunares", y es que es ese, su característico moteado, es lo que mejor nos puede ayudar a identificarlo. Su otra característica, necesita mucha agua y de mucha calidad. La desaparición de grandes zonas de marismas está tras su declive.

"Por eso vamos a inundar hoy esta parcela. Es un terreno de marisma que estaba desecado, como toda la marisma de Trebujena, por un muro que no deja penetrar las subidas de las mareas del río Guadalquivir", señala Ana Bernal de WWF. "Lo que se pretende es que las cercetas pardillas puedan ya venir en verano y reproducirse".

Son, exactamente, cinco nidos situados a un metro sobre el agua, para evitarla y para evitar depredadores. Cinco cajas de madera, con dos compartimentos, uno de entrada y otro de cría, esperan a sus inquilinos. El proyecto de WWF ha supuesto un año de obras, la creación de canales e islas artificiales y hasta un puesto de observación para futuros visitantes.

El proyecto de WWF ha supuesto un año de obras, la creación de canales e islas artificiales y hasta un puesto de observación para futuros visitantes.

"Es un proyecto que quiere recuperar una especie amenazada, como la cerceta pardilla, pero también fomentar actividades económicas sostenibles como el ecoturismo", explica Felipe Fuentelsaz, coordinador del proyecto. "Las marismas suponen uno de los hábitats que más servicios ambientales y ecosistémicos proporciona a la sociedad". A su lado, un vecino señala esperanzado. "Pensamos que va a ser un atractivo turístico importante el tema de la ornitología".

Mientras por el cielo atraviesa una banda de moritos, el ibis más común en la península, la compuerta se abre para dejar paso a las aguas Guadalquivir. Poco a poco, los canales van inundando el terreno con entre 10 y 60 centímetros de agua. En pocos días todo estará preparado para los futuros inquilinos. Unos inquilinos tan exclusivos, que a pesar de todas la comodidades que se les ofrecen, está por ver cuándo llegarán.