La cibernética isla de Taiwán se vuelca en la celebración de la diosa Mazu

AGENCIA EFE 09/02/2011 13:50

En Taiwán, el principal fabricante mundial de ordenadores portátiles y un reconocido centro de alta tecnología y de modernidad, las tradiciones siguen imperando y entre ellas destaca la veneración a Mazu.

En la celebración que se inicia hoy, centrada en la isla taiwanesa de Matsu, es una de las tres fiestas en honor de la diosa, el supuesto espíritu deificado de Lin Mo-niang, joven con poderes sobrenaturales, nacida en el año 960 en la isla china de Meizhou, y que protege desde los cielos a los pescadores y a la población con afecto maternal.

"Mazu es una madre protectora y comunica el mejor sendero a sus creyentes", dijo a Efe Chang Guo-hua, una empleada en el templo dedicado a Mazu en Dansui, Nuevo Taipei.

El fenómeno religioso de Mazu en la isla es espectacular, por sus dimensiones, sus ramificaciones políticas y su capacidad de movilización popular.

"Salvando las distancias, Mazu es un símbolo parecido a la Virgen del Carmen entre los católicos, debido a su carácter de patrona de los marineros y madre protectora", destacó Antonio Huang, profesor universitario de Español.

En Taiwán, el culto a Mazu se inició en el siglo XV con la llegada de los primeros colonos chinos procedentes de Fujian, y hoy cuenta con más de 800 templos y la veneración de unos 10 millones de fieles, según datos de la Oficina de Cultura del Gran Taichung.

Durante el mes de febrero se celebran en la isla de Matsu varias procesiones llevando la imagen de la diosa y la llamada celebración Baiming, muy ligada al Festival de los Faroles, que cae en el decimoquinto día del primer mes lunar, este día 17.

Una de los eventos principales del Baiming es la "oración del sueño", que consta de un banquete, una noche en vela en el templo del Beigan y una pregunta a la que la diosa responde por medio de una ceremonia de adivinación.

Las otras dos grandes celebraciones en honor de Mazu son en su cumpleaños, el 23 del tercer mes lunar, y muerte, el 9 del noveno mes lunar, pero la más espectacular es la procesión que festeja su natalicio y que desde el templo Jenn Lann de Dajia recorre unos 330 kilómetros pasando por más de 100 templos y atrae más de un millón de fieles.

Las procesiones de Mazu llevan una guardia de honor, banderines alusivos a la diosa, y miles de fieles se arrodillan en el camino para que el trono de la diosa les pase por encima y les consiga así buena suerte.

En todos los pueblos, se recibe a los peregrinos con comidas especiales y el ruido de los petardos y tracas, con la creencia de que cuanto más alimentos consuman los visitantes, mayor será la prosperidad del pueblo anfitrión.

Los políticos taiwaneses no faltan a las celebraciones de Mazu, conscientes de la popularidad de la diosa entre sus electores, y de que unos 7 millones de taiwaneses participan, de un modo u otro, en las celebraciones anuales en su honor, según la oficina cultural.

En 2009, los devotos de Mazu en Taiwán y China aunaron esfuerzos y propusieron a la UNESCO que la creencia a Mazu y sus costumbres integraran la lista del patrimonio cultural intangible de la Humanidad.

La Organización para la Educación, Ciencias y la Cultura de las Naciones Unidas (UNESCO), señaló después que "la adoración y las costumbres relacionada con Mazu han sido reconocidas por las respectivas comunidades como un símbolo de su identidad y continuidad, y pasadas durante siglos de generación en generación".

Sin dudan Mazu es un fenómeno religioso de gran alcance.

Francisco Luis Pérez