La ciudades españolas están viendo como los usuarios de bicicletas se multiplican incesamente. No es una cuestión de practicar deporte, los nuevos adeptos a las dos ruedas están esquivando los atascos, la carestía de los combustibles, el alto coste de mantener los vehículos, la falta de aparcamientos en los centros urbanos y una nueva filosofía de vida que va calando hondo. Pero esta nueva realida trae también nuevos problemas. La convivencia entre ciclistas y peatones empieza a ser complicada en determinadas zona y hay lugares en los que los accidentes y atropellos han hecho saltar las primeras alarmas. Algunos ayuntamientos ya han prohibido circular a las bicicletas en determinadas zonas y en horarios concretos para evitar estos incidentes.