En una rueda de prensa celebrada este lunes en Ginebra para presentar el informe de las actividades del grupo, Kellenberger ha indicado que el CICR "redobló sus esfuerzos para proporcionar atención médica y sanitaria a los heridos y enfermos", y que "la rapidez y la magnitud de los acontecimientos de 2011" pusieron a prueba la eficacia y celeridad de las intervenciones del CICR.
Un comunicado del Comité detalla que los gastos que asumió el año pasado ascendieron a más de 861 millones de euros. Somalia fue la operación de mayor envergadura, pues debieron incrementar más del doble su presupuesto inicial hasta llegar a 75 millones de euros por el agravamiento de la inseguridad alimentaria en las zonas de conflicto.
Asimismo, destacan las intervenciones llevadas a cabo en Afganistán, Irak, Sudán, Pakistán, Colombia, República Democrática del Congo, Israel y los territorios ocupados, Yemen y Libia.
"Nuestra amplias actividades en las zonas de conflicto y nuestra proximidad a las personas más necesitadas nos permitieron responder con eficacia a algunas de las crisis que afloraron en 2011, entre ellas varios conflictos inesperados", ha destacado el presidente del CICR.
En ese sentido, ha resaltado que, por ejemplo, en Siria, junto con la Media Luna Roja Árabe Siria, el CICR es la única organización que trabaja sobre el terreno en relación con el conflicto.
El CICR advierte de que las grandes crisis que estallaron en Oriente Próximo y en África han ocasionado que millones de personas sean sumamente dependientes de asistencia humanitaria. A esto suman la creciente demanda de alimentos en diversas regiones del mundo, que exacerbó el descontento y los conflictos; las consecuencias de las sequías y las inundaciones y la crisis económica mundial.
Asimismo, la organización señala que en muchos lugares persisten los ataques contra el personal y las instalaciones de salud, lo que dificulta el acceso a la asistencia sanitaria.