Desde los inicios del Movimiento, Luigi Giussani propuso este Vía Crucis, que él mismo guió preparando "hasta el mínimo detalle" los textos, los cantos y la música que se iba a escuchar, como uno de los gestos educativos fundamentales en la vida de Comunión y Liberación.
El Vía Crucis "creado" por don Giussani fue retomado posteriormente por universitarios y adultos del movimiento Comunión y Liberación en todo el mundo.