El sujeto, de 68 años, se sometió a un análisis de sangre que reveló que tenía tularemia, también conocida como fiebre de los conejos. Se trata de una enfermedad infecciosa potencialmente grave causada por la bacteria Francisella tularensis.
Fue su gato moribundo, que tal y como indica Daily Mail murió dos días después de comenzar a notar los primeros síntomas, el que le pegó la enfermedad al hombre.
La tularemia es una enfermedad rara, pero puede afectar tanto a los humanos como a los animales si come carne poco cocinada de un animal infectado, generalmente conejos. El contacto piel con piel con una mascota infectada, como en este caso, también puede diseminar la afección.
Y aunque el hombre estuvo tratándose de las inflamaciones aparecidas en el cuello, no fue hasta que acudió al médico, y tras recetarle antibióticos durante un mes, cuando el paciente se recuperó por completo de la enfermedad que le había transmitido su animal de compañía.