El coronavirus deja ya 103,9 millones de casos y más de 2,2 millones de muertes en el mundo, de acuerdo a los datos de la OMS, mientras en España las cifras se sitúan en 2.913.425 contagios y más de 60.802 muertos de acuerdo el último balance. Los datos, dramáticos y demoledores, reflejan la realidad de una pandemia y una enfermedad, la covid-19, que está haciendo estragos. Con los hospitales nuevamente en una situación crítica, y con 6 comunidades autónomas (Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Madrid, Melilla y La Rioja) superando el 50% de la ocupación de camas de UCI, sin embargo, todavía hoy, en plena tercera ola en nuestro país, al igual que todavía hay quien persevera en las conductas irresponsables sin respetar las medidas de prevención del contagio, sigue habiendo también posturas negacionistas; personas que parecen negar la evidencia de la existencia del SARS-CoV-2 y sus terribles efectos, poniendo así en riesgo al resto de la población.
Es en este contexto en el que destacan casos como el de Francisco Martínez, un cura de la diócesis de Orihuela, Alicante, que desde el principio de la pandemia, como recoge el medio Información, se ha negado a hacer uso de la mascarilla, celebrando las misas y las reuniones del Obispado sin ella. Tampoco en la residencia sacerdotal, donde vive una treintena de religiosos, se dignaba a utilizarla, vulnerando así tanto las normas sanitarias como las del Obispado, que desde el primer momento ha incidido en la obligatoriedad de respetar todas las medidas frente al covid de forma estricta.
Noguera, sin embargo, hacía caso omiso, siendo el único sacerdote que no utilizaba la mascarilla, incluso a pesar del requerimiento de sus compañeros.
También los fieles, los devotos que acudían a misa, fueron testigos directos de su actitud y del malestar que ocasionaba al poner a todos en riesgo con su actitud. De hecho, varios de ellos, tras asistir a la eucaristía dominical que dio en la parroquia de la Virgen del Camino, lo denunciaron a la Policía Local de Orihuela.
Como apunta el medio Información, el cura recibió a los agentes que se desplazaron al lugar de malas maneras, y aunque se dispusieron a denunciarlo, no pudieron sino remitirlo a la policía de Callosa de Segura, porque la iglesia se encontraba al término de esta localidad, en una pedanía que comparten ambos municipios. El resultado es que el hombre, de 64 años, no recibió ninguna multa preceptiva.
No obstante, las consecuencias de su falta de responsabilidad individual han llegado después, porque como cabía prever en pleno auge de los contagios, con las UCI al 60,95% de ocupación en la Comunidad Valenciana, el cura ha terminado por contagiarse. Concretamente, es uno entre la treintena de afectados por el brote de la Casa Sacerdotal de Alicante.