"Detenido un hombre de 45 años con antecedentes tras colisionar con varios vehículos estacionados cuando conducía a gran velocidad". "Detenido por conducción temeraria un conductor que tenía pendiente 2 órdenes de arresto e ingreso en prisión". "Detenido por conducir en sentido contrario y dirección prohibida".
Son tres titulares de las últimas 24 horas. Conductores desaprensivos para los que las normas de circulación son poco más que papel mojado. Velocidades que superan los 200 kilómetros por hora, kamikazes en autovías, huidas tras atropellos. Los agentes que vigilan porque conduzcamos nuestros vehículos como es debido, creían haberlo visto todo. Puede que en España, porque al sur de la Península, al sur de Andalucía, sí, lo han adivinado, en Gibraltar, un conductor decidió el jueves pasado, dar una vuelta de tuerca en esto de conducir peligrosamente.
Ocurrió en una recta de poco más de 100 metros. La RGP (Royal Gibraltar Police) observó un vehículo que maniobraba de forma extraña. Era una furgoneta de trabajo a la que dieron el alto. A bordo su conductor, y en sus brazos su hija de 14 meses a la que -los agentes no podían creer lo que veían sus ojos- iba dando el biberón.
Tal cual. Y no contento con eso, cuando los agentes le reprocharon el poner en peligro a su hija, y a otros conductores, aún tuvo tiempo para empeorar los sucedido. "Seguramente tienen algo mejor que hacer", les espetó a los asombrados policías. El conductor ha sido denunciado por conducción peligrosa. La policía de Gibraltar informa de lo sucedido con un: "You literally could not make this up".