Se les atribuyen también los delitos de usurpación de estado civil, desobediencia y atentado contra la autoridad, receptación y tráfico de drogas, falsedad documental y pertenencia a grupo criminal.
Los Mossos detectaron a finales de julio de 2014 un aumento de robos con ciertos patrones comunes: perpetrados en horario diurno en casas aisladas o unifamiliares en las afueras de pueblos pequeños y en los que sustraían joyas y dinero.
La investigación determinó que el grupo era una familia de etnia gitana que vivía en Peñíscola y Benicarló, en Castellón, y que se desplazaba por España en coches que estaban a nombre de terceras personas para no ser reconocidos.
Los robos se produjeron en los municipios catalanes de Bellcaire d'Urgell, Vallfogona de Balaguer, Golmés, Foradada, Tornabous, Arbeca, Castellserà (Lleida), L'Ametlla de Mar y Cabra del Camp (Tarragona).
En el resto de España se les imputan robos en las provincias de Castellón, Granada, Teruel, Jaén, Almería, Huesca, Zaragoza, Málaga, Sevilla y Jaén.
En la vivienda de la familia, la policía también encontró 200 plantas de marihuana y 25 gallos entrenados para participar en peleas, además de tres escopetas de diversos calibres, una pistola y armas blancas.