El devastado noroeste de Pakistán trata de sobreponerse a la tragedia

AGENCIA EFE 12/08/2010 09:58

La hierba brota verde en los tejados que se mantienen en pie, pero los embarrados caminos de las ciudades de Nowshera y Charsada, en la devastada provincia de Khyber-Pakhtunkhwa, recuerdan que la catástrofe les visitó hace nada, aunque los lugareños se afanen con las palas en volver a la normalidad.

Las tiendas de campaña están desperdigadas por cada mediana, en cada espacio útil, manadas de búfalos pastan separados a pocos metros de las comunidades de afectados que ahora viven al raso, y todavía muchos lugares, incluso los cementerios, están inundados.

La marca del agua no engaña, alcanzó más de dos metros en amplias zonas, y arrasó.

"El agua llegó de repente. Estaba lloviendo mucho pero no esperábamos una cosa así. Nuestra casa desapareció literalmente del mapa y cuatro familiares se fueron con ella, murieron en la riada", se lamentó a Efe Nusrat Manir, cuya vivienda estaba situada al lado del río.

Manir, quien ahora busca cobijo temporalmente en una escuela, había ido a recoger a la iglesia católica de Nowshera, al igual que decenas de familias, uno de los lotes con comida y otros productos básicos que una delegación encabezada por el ministro de Minorías, Shahbaz Bhatti, entregó hoy en diversos puntos del noroeste.

"Hay que dar el máximo, son tiempos críticos. Estamos intentando satisfacer las demandas de la población con la ayuda que recibimos de organizaciones o individuales", expuso a Efe el padre Amir Yakub.

Yakub subrayó que mucha gente no sólo se ha quedado sin hogar y reside con familiares o en tiendas de campaña, sino que además ha perdido su sustento de vida.

La provincia, que ya fue en 2009 el epicentro de una crisis sin precedentes, con el desplazamiento de cientos de miles de personas que huían de los combates entre el Ejército y la insurgencia talibán, trata ahora de sobreponerse tras las mayores inundaciones de los últimos 80 años.

"Esta tragedia ha superado nuestra capacidad. Necesitamos la ayuda de la comunidad internacional para salir adelante", admitió a Efe Bhatti.

Se defendía así el ministro de que su visita a las áreas afectadas no discurriese sobre ruedas en todo momento, pues un grupo de ciudadanos lanzó airadas protestas acusando, entre gritos, al Gobierno de desatender sus problemas.

"Estamos preocupados, es un asunto muy serio", respondió Bhatti, al tiempo que insistió en la necesidad de que todos sus colegas de Gabinete acudan a visitar las áreas inundadas.

"Cuando miras los juguetes de los niños, sus libros, su material escolar entre el barro... Sientes una gran lástima. Hay innumerables historias trágicas. Muchos no se esperaban un golpe de esta magnitud y les cogió durmiendo. Perdieron a sus hijos, seres queridos sin poder hacer nada", agregó.

Más de un millar de las aproximadamente 1.600 víctimas mortales que se han cobrado hasta la fecha las inundaciones en Pakistán pertenecen a Khyber-Pakhtunkhwa, al igual que la mayor parte de las 300.000 viviendas y otras infraestructuras como puentes y carreteras que fueron destruidas.

Un paseo por el bazar de Charsada, donde algunos comerciantes se esfuerzan por levantar las persianas de sus establecimientos, o por los barrios cercanos resulta estremecedor, pues el agua no dejó prácticamente nada en pie.

"¿Y qué voy a hacer yo ahora, lo hemos perdido todo. Esto es una pesadilla y tenemos la sensación de estar solos en ella. Nos hemos registrado como afectados, pero de qué sirve... ¿Quién me va a devolver lo que yo tenía, mi casa, mi comercio?", afirmó a Efe el ciudadano Arfat Hussein.

La ONU presentó ayer un plan de emergencia, para el que ha solicitado 459 millones de dólares a la comunidad internacional con el objetivo de asistir a los 13,8 millones de afectados en todo el país, de los que unos seis millones requieren de ayuda urgente.

Y mientras, las aguas del río Indo y de varios de sus afluentes continúan anegando zonas en el centro y sur de Pakistán en una crisis que podría agravarse si los pronósticos de más lluvias monzónicas para los próximos días se cumplen.