Según recoge Levante, María Amparo Plaza tendría ahora 78 años, por lo que murió con 73 y, aparentemente, por causas naturales. Al parecer, no tenía ningún familiar y vivía de alquiler en una casa bastante antigua del barrio de Cabanyal. Al tener el pago domiciliado, la mujer seguía realizando el ingreso mensual.
Tal y como informa el diario valenciano, al encontrase la casa totalmente cerrada, el cuerpo de la septuagenaria siguió poco a poco un proceso cadavérico que derivó en una momificación natural y no en la putrefacción habitual que se da en la mayoría de muertes.
Los vecinos afirman que hace muchos años que no la veían, pero que creían que se había ido a vivir fuera ya que María Amparo había pasado largas temporadas en Argentina y creían que se había vuelto para allá. El Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia ordenó el levantamiento del cadáver pasadas las 9 de la noche y el cuerpo momificado fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia.