La historia de una enfermera que perdió su propia batalla frente la anorexia

Informativos Telecinco/ Agencias 25/10/2016 14:00

La chica era enfermera en un centro hospitalario, por lo que sus conocimientos profesionales sobre la alimentación le permitieron ocultar de forma rápida y eficaz la pérdida de peso ante amigos y familiares. “Ella aprendió cómo manipular su enfermedad”, comentaban sus familiares a The Sun.

Sin embargo, todo empezó a empeorar y el estado de salud de la joven pasó a ser un verdadero problema, hasta el punto de poner en juego su vida. En los días previos a su muerte, los médicos habían tratado de admitirla en el hospital e ingresarla. Sin embargo, no pudo ser posible y se optó por que la joven recibiese el tratamiento en su propio domicilio. "Si hubieran tenido suficientes camas y Laura se hubiese tratado en una de ellas, ahora mismo estaría con nosotros”, declaró su padre, Robert Charles.

La chica, que era enfermera de salud mental, fue analizada por una serie de médicos que no dudaron en recetarle un tratamiento de manera urgente. Laura Charles, al no poder ser ingresada en el hospital, asistió a un consejo junto a un grupo de doctores donde le transmitieron los pasos a seguir, según confirma el Tribunal del Juez de Instrucción de Birmingham.

'Ella sabía todas las respuestas correctas a sus preguntas ", explica la hermana de la fallecida, Clare. Sin embargo, según cuenta la familiar, Laura se dio cuenta de la dimensión de su enfermedad y “llegó a aceptar que necesitaba ayuda, quería ir de nuevo en el hospital porque no quería morir”.

Durante la investigación policial, el forense comentó que los problemas comenzaron cuando la víctima sufrió una úlcera gástrica en el año 2013. Hasta ese momento, el hermano comenta que la fallecida siempre había tenido un aspecto saludable llegando a pesar “más de 50 kilogramos”.

Sin embargo, durante los últimos meses de su vida estuvo sobreviviendo con sólo 500 calorías diarias, quemando todas éstas caminando o corriendo. En 2014 fue admitida en la unidad psiquiátrica de Edgbaston, en West Midlands.

Ya en 2015, su peso cayó en picado y fue cuando la trasladaron al Hospital Queen Elizabeth para realizarle un tratamiento de emergencia. En noviembre de dicho año, ella misma fue dada de alta en contra del consejo de médicos. Sin embargo, hasta el mes de marzo que fue cuando murió, sólo se comunicó con el equipo médico desde su casa y a través de mensajes de texto.