Los españoles se sacuden el ecoexcepticismo sobre el reciclaje de envases

JUAN ANGARILLA (PRAGA) 19/05/2008 00:00

Ecoembes se sentía ya muy satisfecha con pasar la barrera del 70%. Pero no se conformaban. "El consumidor debe presionar a la industria para que asuma la etiqueta de reciclaje", insiste el director general de este organismo sin ánimo de lucro, Melchor Ordóñez. "La prevención y la reutilización deben ser tan importantes como el reciclaje". De hecho, en poco tiempo, los envases domésticos incluirán en sus etiquetas información sobre cuánto contaminan para que el consumidor pueda colaborar en una industria más sostenible.

Los expertos no quieren bajar la guardia y que esta buena actitud de los consumidores se quede en espejismo. "Necesitamos hacer aun mayores esfuerzos, especialmente las empresas por innovar y los ayuntamientos y comunidades autónomas para concienciar", apuntaba en Praga el director de comunicación del organismo de envases, Antonio Barrón, cuando contrastaba la experiencia española con respecto a otros países punteros en reciclaje. "Hay que mantener la promoción entre los mas jóvenes con campañas mas especificas". De momento, medio millón de escolares participan cada año en programas de reciclaje y los colegios premiados participan en el Ecoparlamento.

En su contra juegan las 'leyendas urbanas' que dudan de la eficacia de tirar los envases a los contenedores amarillos o azules porque a saber qué hacen después, si lo juntan todo o solo se recicla por negocio. Los datos lo desmienten: Dos de cada tres envases acaban siendo recuperados. Y mientras en 1998 solo siete millones de españoles tenían a su alcance los contenedores, esa posibilidad se cifra en la actualidad en el 97%. Para poner un ejemplo, en esta década, los envases reutilizados llenarian 650 campos de fútbol como el Bernabéu o el Camp Nou "y hasta la bandera". Eso sí, la realidad es tozuda y cada día llegan a Ecoembes decenas de mensajes y llamadas con dudas sobre qué deshechos deben ir a un contenedor y cuáles a otros.

El envase del futuro

No es fácil ir más allá en los materiales para reciclar. En este congreso de Praga, los expertos han debatido fórmulas imposibles: plásticos que rozan el limite de resistencia del envase o aluminios más finos y "aplastables"; pero ,sobre todo, se habla de la importancia del diseño.

En los últimos 20 años se han puesto en marcha 19.000 medidas específicas para reducir peso en los envases. Un elemento tan común como la botella de agua pesa un tercio menos que antaño. "Debemos pensar en todo el proceso", recalca Antonio Barrón. "Las envasadoras gastan muchos euros en i+d, son las primeras interesadas en aligerar los envases para su mejor transporte y distribución. Y en ello el diseño es fundamental".

A nadie se le oculta el radical cambio de formatos experimentados en botellas, brick o cajas para apilar y consevar mejor los productos. Ya apuesta incluso por recuperar 'pec', que hasta hace poco estaba prohibido. Y todo ello influye, al final, en un reciclaje más sencillo para el consumidor y para las compañías que hacen la selección para retornar los residuos a la cadena comercial. Y si se dedica millones de euros en modernizar la producción de envases, tambien se cuentan por millones el dinero público para recoger pueblo a pueblo y barrio a barrio esos residuos.

En España no sería rentable un alto porcentaje de reciclado

Bélgica, por ejemplo, recicla el 80% de los envases, pero si en España, con su dispersión de población y diversidad orográfica se alcanzaran esas cotas, no sería rentable ni económicamente ni ambientalmente. "Tengase en cuenta cuánto vale enviar un camion de residuos al más remoto pueblo con relativa periodicidad", explica Juan Alonso de Velasco, experto en marketing. "Emitiríamos más C02 al medio ambiente y más costes que el beneficio comercial y ecológico que ello supone". En este sentido, está la experiencia de Alemania donde ha fracasado el 'depósito'. Los comercios devolvía dinero si les entregabas envases, latas y brick. Se demostró que sólo aumentó un 1% el reciclaje pero los costes empresariales se multiplicaron por tres y el consumidor tenía que hacer un esfuerzo especial.

De momentos España se ha colocado en el tercer lugar en número de empresas asociadas al distintivo ecológico (la mayoría del sector de la alimentación) y que se afanan en cumplir los deberes. La Comisión Europea había fijado que el 60% del cartón, el 50 de los envases metálicos, el 22 del plástico y el 15 de madera fuera reciclado antes de finales de 2008 y ya se ha cumplido. Aunque no parece suficiente, si se repasa el comunicado de conclusiones de 'Pro Europe'.

Tras escuchar a medio millar de políticos, empresarios y técnicos de 29 países europeos mas Estados Unidos, México y Canadá, adheridos al 'Punto Verde', el mensaje debe ser claro: una producción y un consumo responsable son la llave de la sostenibilidad y el ejemplo que hay que dar para un cambio ecológico de los consumidores europeos. O como han reclamado, al amparo de la UNESCO, centenares de estudiantes (de los 18 proyectos del Ecoparlamento, ocho eran de colegios españoles): "Hagamos el cambio con nuestros hábitos diarios". El planeta lo agradecerá.

Fotografías: Javier Sancho