La represalia fue descubierta cuando los envíos llegaron al domicilio familiar y los importes, cargados en la cuenta corriente de los padres. Según informa el diario argentino Clarín, la familia puso inmediatamente los hechos en conocimiento de la policía que inició una investigación.
Las primeras sospechas hicieron pensar a los investigadores que podría tratatarse de una estafa a través del robo de datos bancarios pero tras analizar los ordenadores familiares descubrieron la verdad.
Los agentes averiguaron que el autor de las compras era el hijo de trece años de los denunciantes. Irritado porque les habían negado un móvil de nueva generación decidió vegarse de sus padres y usando la tarjeta de crédito de ellos hizo compras en la Red por valor de casi 5.400 euros.
Entre sus adquisiciones, varias cajas con móviles, diversas suscripciones a revistas y diarios e incluso muebles. También se dedicó a mandar pizzas a los domicilios de quince vecinos quienes protestaron por correo electrónico a los padre del menor.
La familia ya ha empezado a devolver todas las compras y a recuperar los importes cargados en su tarjeta. El problema viene ahora con la actitud que tomarán con el menor a la vista de su complicada psicología.