Por otra parte, ha recordado, en declaraciones a la Cadena SER, que cada año mueren por actos de violencia armada más de medio millón de personas en todo el mundo. Por ello, ha calificado la nueva regulación, que limitará la venta de armas a los países según sea su calificación en materia de respeto de los derechos humanos, como un "gran éxito", "más allá de si el tratado tarda mucho en entrar en vigor o no".
Además, ha señalado que el tratado será "un mecanismo de presión muy fuerte" que contará con una secretaría técnica y conferencias de revisión de los cumplimientos e incumplimientos para asegurar que los Estados firmantes respetan el compromiso adquirido. Según Armadans, "a medida que el tratado se haga fuerte y que haya muchos países dentro, será un instrumento de presión fuerte incluso para los países que no lo estén".
En el caso concreto de España, décimo exportador de armamento a nivel mundial, el director de Fundación por la Paz ha señalado que ya tenía una legislación propia para la regulación del comercio armamentístico y ha subrayado que el nuevo tratado servirá para "reforzar los controles que deben existir". "La idea es que todo el mundo sea cada vez más riguroso en la venta de armas y se pongan los Derechos Humanos en el centro", ha explicado.