El consejero de Interior de la Generalitat, Felip Puig, ha celebrado este viernes que el Gobierno haya recobrado el sentido común con la vuelta al límite de velocidad máximo permitido en las autopistas y autovías a 120 kilómetros por hora, dejando atrás la medida excepcional de limitar a 110 para ahorrar combustible debido a la alza del precio del petróleo.
En rueda de prensa, Puig ha reiterado que desde la Generalitat dudaban de que la medida obtuviera los efectos deseados ya que tenía una visión muy a corto plazo.
Además, ha puesto en evidencia que el Gobierno la haya retirado pese a mantenerse los motivos que le empujaron a tomarla.
Por ello, les ha acusado de precipitarse y ha aplaudido que hayan corregido la medida instaurando de nuevo un modelo "más adecuado al sentido común y a las necesidades de movilidad".
Asimismo, ha vuelto a afirmar que no descarta abrir el debate sobre si debe elevarse a 130 kilómetros por hora el límite máximo en algunas carreteras catalanas, aunque de momento no es una prioridad.
Para Puig, que recuerda que la seguridad vial es su "obsesión", no existe una correlación estricta entre velocidad y número de muertos, por lo que cree viable abrir este debate sobre todo después de constatar que las nuevas generaciones tienen cada vez menos accidentes porque son más responsables al volante.
El consejero, que cree que Cataluña debería ir "madurando" para acercarse a límites como los que imponen otros países europeos como Francia y Alemania, ha recordado que de momento esta decisión no depende del Gobierno de CiU, que no tiene competencias para modificar este límite.