La Generalitat propone que los condenados por violencia de género a penas de menos de tres años de prisión no lleguen a pisar la cárcel. Una medida muy polémica que no ha tardado en sacudir a los expertos de violencia machista que consideran que esta política penitenciaria sería un grave error y perjudicaría claramente a las víctimas.
El gobierno catalán quiere evitar así el colapso de las cárceles catalanas, a cambio, proponen castigos más suaves para los agresores sexuales, o aquellos que han cometido otro tipo de delitos como estabas o robos. “Medidas penales alternativas las contemplan la ley y solo estamos aplicando lo que contempla la ley”, explica Meritxell Budó, portavoz del Govern. Piensan que con otro tipo de castigos podrían conseguir la misión de rehabilitar a varios agresores o delincuentes.
Finalmente, será un juez quien decida si se aplican o no estas medidas penales alternativas. Pero, las asociaciones de víctimas de violencia de género han puesto el grito en el cielo y rechazan rotundamente la propuesta: “Cuando traspasas el límite de hacer daño por primera vez a alguien, puede ser más fácil hacer daño por segunda vez”.