Diferentes estudios ya habían sugerido que la estatura parecía ser un rasgo clave a la hora de elegir pareja, pero hasta el momento no se había encontrado nada que pudiera explicar esta preferencia. En este trabajo se analizaron rasgos físicos como el papel de posibles variantes genéticas subyacentes.
La estatura está determinada por una combinación de factores genéticos y ambientales, de ahí que los autores se centraran en identificar posibles variantes genéticas en una muestra de más de 13.000 parejas heterosexuales.
De este modo, concluyeron que el genotipo (la propia genética) no sólo determina el fenotipo (apariencia física de uno) sino también el aspecto que preferimos para nuestra pareja, lo que podría explicar que muchas tengan una estatura similar.
"Los genes son los que llevan a las personas altas a tener parejas también altas", ha aseverado Albert Tenesa, autor del estudio, tras observar que dichas variantes genéticas estaban presentes en el 89 por ciento de las parejas del estudio que tenían la misma altura.