Gil Tamayo defiende el "papel indispensable" de la mujer pero precisa que la Iglesia "no se mueve por cuotas"

EUROPA PRESS 28/11/2013 13:34

El nuevo secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Jose María Gil Tamayo, ha asegurado que la Iglesia no se mueve por "cuotas" y coincide con el Papa Francisco en el papel "indispensable" de la mujer en la Iglesia "sin que ello signifique participar en el sacramento del orden".

"La Iglesia no se mueve por cuotas, es decir, no hay ese 'tiene que haber una cuota femenina' o 'suponga una discriminación de la mujer'", ha subrayado en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de su reciente elección.

En este sentido, asegura que hay mujeres periodistas "maravillosas" y "con una impronta cristiana importantísima" en España que podrían haber desempeñado su cargo y añade que, si la mujer no puede ser sacerdote es porque "así lo estableció Jesucristo, la praxis de la primitiva comunidad cristiana y la tradición de la Iglesia a lo largo de los siglos".

"NO HAY DERECHAS NI IZQUIERDAS"

Además, ha aclarado que en la Iglesia "no hay rupturas" ni "alternancias de poder". "La Iglesia no se puede leer en clave política como si hubiera unas alternancias de poder, y como si el obispo que ha estado hasta ahora presidiendo pasara ahora a la oposición o a la leal oposición. No hay derechas e izquierdas en el arco de la sala de la plenaria de la CEE", ha puntualizado.

También ha explicado que lo que sí existe en la CEE es "una variedad generacional" porque entra "gente más joven, gente con otro estilo, con historias distintas y formación distinta", como en su caso, pues Gil Tamayo no es teólogo ni canonista sino que en su ADN se refleja el haber sido un cura de pueblo y de ciudad además de periodista. "Lógicamente mi impronta será distinta", explica.

Sobre la próxima aprobación de la reforma de la Ley del Aborto, y en relación con la autocrítica hecha por el Papa Francisco en 'Evangelii Gaudium' sobre el acompañamiento a las mujeres embarazadas, Gil Tamayo ha remarcado que el aborto "no es una cuestión religiosa" sino "de ética fundamental" y que el derecho al aborto es "un puro derecho de diseño en función de unas demandas o de una ideología previamente implantada".

"La salida no tiene que ser la muerte cuando en nuestro país hay parejas, matrimonios, hombres y mujeres que viven juntos que quieren adoptar un hijo y tienen que salir fuera de nuestras fronteras, cuando tenemos uno de los índices más bajos del mundo con una población en vías de envejecimiento", ha aseverado.

Además, para que el aborto deje de ser una opción, recuerda al Estado su obligación de propiciar el acceso al trabajo de "tantos jóvenes que tienen que salir del país" así como "la atención a la familia para que pueda compatibilizar el cuidado de los hijos con el derecho al trabajo". Según señala, acompañar a la mujer, no es ir con ella a la clínica para que aborte, sino facilitarle las posibilidades para salir adelante.

Precisamente, asegura que, aunque el fin prioritario de la Iglesia no es organizar manifestaciones, "sí podrá apoyar aquellas causas nobles que van desde la defensa de la vida y del verdadero matrimonio hasta las opciones y la defensa de los desheredados de la tierra o de quienes luchan contra el hambre en el mundo".

En cuanto a la exhortación apostólica 'Evangelii Gaudium', que se hizo pública el pasado lunes, Gil Tamayo afirma que los obispos la han recibido "con alegría" pues refleja la línea de Francisco de presentar el cristianismo "desde la ternura, la cercanía y la misericordia de Dios" quitando al mensaje cristiano "ese ribete de tristeza o negatividad".

"EQUILIBRIO EN EL REPARTO DE RIQUEZAS"

Concretamente, destaca la referencia del Pontífice al mayor papel de las conferencias episcopales en el sentido de que "el Papa no es el absoluto y los obispos unos delegados". Mientras, acerca de la crítica que hace Francisco a los gobernantes, Gil Tamayo apuesta por "procurar un equilibrio en el reparto de las riquezas, de las rentas" y por asegurar "la cobertura de las necesidades sociales desde la educación a la sanidad" con independencia de los colores políticos.

Por otra parte, sobre los Acuerdos entre el Estado y la Santa Sede, el nuevo secretario general cree que "deben adaptarse a las circunstancias", como ocurrió con el modelo de financiación cerrado con el gobierno socialista, pero no aprueba que "se introduzca una circunstancia de diseño para querer hacer un cambio que es radical y que va contra el espíritu constitucional en que se inspira y sobre lo pactado". Así, cree que los acuerdos han dado resultado y apuesta por dejar como está lo que funciona.

Por el momento, Gil Tamayo no ha tomado ninguna decisión con "la prudencia de quien gobierna" aunque lo que sí ha recibido son felicitaciones, no solo de amigos de vocación sino también del mundo de la política, como por ejemplo del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, del que es "amigo" desde hace mucho tiempo, o del presidente de su comunidad, Extremadura, José Antonio Monago.

Con motivo de la celebración el pasado lunes del Día Internacional por la Erradicación de la Violencia contra la Mujer, Gil Tamayo asegura que la Iglesia dice "claro" que "la mujer es de igual dignidad y merece el mayor respeto". "La Iglesia siempre estará de parte de defensa de la mujer y por supuesto contra quienes atenten a la dignidad de la mujer sea en el matrimonio o fuera de ella", añade.

EL TÍTULO DE 'CÁSATE Y SÉ SUMISA': "INADECUADO"

Esto no contrasta, a su juicio, con la polémica que ha surgido en torno al libro 'Cásate y sé sumisa' editado por el Arzobispado de Granada, del que admite que el título le parece "inadecuado". Según Gil Tamayo, el sentido del que habla San Pablo en la cita recogida en la portada de este libro no es el de "sumisión, avasallamiento o sometimiento" sino precisamente el contrario: el de "libertad e igualdad". Y es que, según añade, no es justo decir que el cristianismo "minusvalora" a la mujer pues es "revolucionario" en sentido contrario.

En todo caso, precisa que él es "muy respetuoso" con la libertad de opinión de los ciudadanos y más con la de quienes ocupan un cargo en el Gobierno --como es el caso de la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, que ha pedido al Arzobispado la retirada del libro-- pero que también defenderá la de la Iglesia y la de un autor.

Gil Tamayo admite sentirse aún "extraño" en su nuevo puesto pues dice que le cuesta pasar "de persona a personaje" pero también se encuentra algo "preocupado" ante la responsabilidad y es que reconoce que la que le han encomendado los obispos españoles "es difícil".

"UNA IMAGEN DISTORSIONADA" DE LA IGLESIA

Pero al igual que él se tomará tiempo para tomar decisiones, pide a los demás que no se dejen llevar por prejuicios a la hora de tratar los temas de la Iglesia. "A veces da la sensación que solo aparece una imagen distorsionada, bien porque haya habido elementos que quieren que prevalezca esa imagen en la opinión pública de forma interesada, a veces de una forma fantástica, o bien porque nosotros hemos sido cómodos y no hemos sabido estar diligentes para hacer llegar la realidad de la Iglesia".

Finalmente, acerca de la consideración del Consejo Audiovisual de Cataluña sobre las comparaciones en 13TV entre el independentismo y totalitarismos, Gil Tamayo apuesta por la "autorregulación" y dice "desconfiar" de "la politización de órganos jurisdiccionales". "Estos consejos tienen un componente político y, entonces, en definitiva, se convierte en un examen según la ideología de quienes representa en ese consejo, así juzgan, y de alguna manera nos encontramos con un tribunal inquisitorial en el ámbito de la comunicación", apunta.