Guardar el billete que nos acredita como pasajeros en cualquier trayecto de transporte público es mucho más que el acceso que nos da derecho a hacer un recorrido. Es un seguro de vida, ya que es el único documento que nos identifica como pasajeros en el caso de que se produzca un accidente. Por eso la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) siempre aconseja guardar este resguardo hasta llegar al final de nuestro destino.
Cada uno lleva implícito un seguro de viaje obligatorio. En caso de siniestro, las compañías se acogerán a los mínimos establecidos por ley, para ofrecer las indemnizaciones correspondientes en un plazo de 40 días, desde que se produce cualquier incidente.
No obstante, eso no implica la disconformidad del afectado, y por eso siempre los representantes legales van a aconsejar la vía judicial para conseguir mayores cifras.
En el caso del accidente de Santiago estamos hablando de 36.000 euros, establecidos en el Real Decreto, en caso de fallecimiento, o los 150.000 euros, si los familiares de la víctima no están de acuerdo con esta cifra y emprenden acciones judiciales.