La justicia puede ser lenta, pero al final, muchas veces, es implacable. La Audiencia de Barcelona ha comenzado este martes 25 de junio a juzgar a un hombre acusado de asesinar a su expareja en 1997. Posteriormente, se dio a la fuga y fue localizado tan solo cuatro meses antes de que el delito prescribiese en Nueva York.
El acusado se ha sentado en el banquillo por un presunto delito de asesinato, por lo que se enfrenta a 25 años de prisión. Además, a la petición de prohibición de acercamiento a la familia de la víctima durante cinco años y a una indemnización de 660.000 euros.
Según la Fiscalía, el hombre mantenía una relación sentimental con la víctima, pero ella decidió dejarlo, algo que él no aceptó. El 5 de octubre de 1997, el presunto asesino trasladó a un lugar desconocido a la mujer “utilizando al menos un instrumento inciso punzante y le causó múltiples heridas”.
Tras el crimen, huyó de España “precipitadamente” hacia Nueva York. Allí permaneció ilocalizable durante años y no fue hasta 2017 cuando lo encontraron, tan solo cuatro meses antes de que prescribiera el delito. Entonces fue puesto a disposición judicial y repatriado a España.