El asesino apuñaló hasta quitar la vida a una hija de doce años y tres hijos de cinco, siete y nueve años, respectivamente. Para hacerlo aprovechó la ausencia de su pareja que se encontraba de vacaciones en el extranjero.
Según la Fiscalía de Hildesheim, los cuerpos de los niños están llenos de cortes por lo que se supone que fueron apuñalados aunque aún no se ha hallado el arma del crimen. Para este viernes está previsto que se realize la autópsia a los cadáveres.
Para el fiscal Bernd Seemann las primeras evidencias indican que, "los niños han sido asesinados mientras dormían". Parece ser que ninguno de ellos tiene señales de violencia. Hay uno que probablemente se despertó y "tiene marcas de haberse defendido".
Tras cometer los crímenes, el padre mandó un mensaje de texto a su esposa avisándole de sus intenciones. Ésta alerto a sus familiares quienes llamaron a la policía y bomberos pero nada puedieron hacer para evitar el macabro suceso.
Según vecinos y conocidos, la pareja pasaba por momentos difíciles y él tenía problemas de salud relacionados con el corazón y depresión.