Finalmente la petición de Manos Limpias, que desde un principio ha insistido en la imputación de la pequeña de las Infantas, se ha llevado a cabo y Doña Cristina tendrá que enfrentarse a una difícil situación. Como ya os adelantábamos nada más surgir la noticia, la Infanta declarará el próximo 27 de abril en Palma de Mallorca, pero hasta ese momento la Duquesa de Palma seguirá con su día a día. Una rutina en la que la mayor de sus preocupaciones es que sus hijos -Juan Valentín (13), Pablo Nicolás (12), Miguel (10) e Irene (7)- no se vean salpicados por el escándalo.
Este mismo de fin de semana hemos podido ver a una mujer, a una madre, pendiente de sus hijos y de intentar evitarles el trance que están viviendo. Madre y esposa por encima de todo se ha volcado todavía más, aun si cabe, con los pequeños durante los últimos meses. Iñaki Y Cristina han intentado, por todos los medios, alejarles del foco mediático llevando una vida de lo más normal. Les han llevado al colegio y a sus actividades extraescolares, donde han animado a sus hijos como cualquier otro padre.
Tanto Cristina como Iñaki se han encargado de actuar como si nada pasase siempre que han estado con sus hijos, pero especialmente la Infanta ha sido la encargada de llevarles y traerles a cualquier lado. Como buena madre Doña Cristina ha hecho de tripas corazón y se ha guardado para ella todos los problemas que rodean a su familia, evitando de cualquier modo que los pequeños también se viesen afectados. Hay que tener en cuenta que sus hijos ya no son unos niños y se dan cuenta de lo que está pasando, sobre todo teniendo en cuenta que los niños en el colegio suelen ser algo crueles.
En el colegio, en la nieve o simplemente paseando por la calle la Infanta Cristina siempre ha mostrado su mejor sonrisa cuando ha estado cerca de sus hijos.