Los cuatro --ya encarcelados tras pasar a disposición judicial-- transportaban la droga desde Madrid oculta en habitáculos especialmente habilitados en vehículos, almacenándola en un domicilio de Sant Feliu de Llobregat, donde la adulteraban y posteriormente distribuían entre traficantes menores de Barcelona y Girona.
La operación se originó en las investigaciones a una pareja colombiana que se podía estar dedicando al tráfico de cocaína a gran escala en Sant Feliu, con droga procedente de Madrid.
En dos de los vehículos se habían habilitado los compartimentos de los airbag del acompañante para ocultar hasta cuatro kilos de droga, y en otro se habían dispuesto los laterales de los asientos traseros para transportar 12 kilos; en todos ellos se necesitaba unas determinadas acciones para acceder a ellos y solo se utilizaban en estos viajes.
Aunque inicialmente la pareja investigada vivía en Sant Feliu, durante la operación se trasladó a un piso de Montcada i Reixac, empleando el primero como almacén y laboratorio de la cocaína adquirida, con vigilancia las 24 horas.
En el registro en ese piso, los agentes intervinieron 18 paquetes en dos carros, y uno más, junto con 170.000 euros, oculto en un falso fondo de un armario, así como precursores químicos y utensilios para el corte de la droga.
Una vez cortada, la cocaína se vendía a distribuidores menores que la suministraban a pequeños narcotraficantes de las provincias de Barcelona y Girona.