Un dramático fallo de comunicación entre los vigilantes que dieron la primera señal de alerta del incendio y los religiosos que estaban en aquel momento oficiando una misa podría estar tras el retraso de media hora que puso al borde del colapso a la catedral gótica. Según un informe del New York Times, solo la intrépida y heroica intervención de los bomberos logró evitar que la destrucción de las llamas fuese total.
El diario neoyorquino ha recabado pruebas y entrevistado a decenas de testigos y protagonistas que participaron durante las dramáticas horas en las que las llamas amenazaron la supervivencia del monumento el pasado 15 de abril.
Según estos testimonios, la alarma de incendio saltó sobre las 6:18 de ese fatídico lunes. Inmediatamente el vigilante que controlaba los avisos de incendio pide a un compañero que solo llevaba 3 días en el puesto que verificase el peligro pero su desempeño se topó con dos problemas. No pudo hablar con el sacerdote por estar este dando misa y se equivocó de zona a comprobar.
Alertado el responsable de la seguridad tardó media hora en percatarse del error. En ese momento, las llamas ya devoraban la parte de la cubierta edificada con madera.
Solo la temeridad y el arrojo de los bomberos permitió evitar una tragedia total y salvar al templo de la destrucción absoluta. Todos los indicios apuntan a que la brigada de extinción antepuso salvar a toda coste el monumento por encima incluso de sus propias vidas.