El fuego comenzó ayer por la tarde y ha quemado más de 30 hectáreas en la zona. A pesar de la rápida intervención de los bomberos, los vecinos observaban impotentes cómo avanzaba el fuego. 400 casas fueron desalojadas por la cercanía de las llamas a las viviendas. De hecho, en algunas de ellas, las llamas han calcinado los muebles del jardín y las bicicletas.
La sequedad de la zona, las altas temperaturas y los cambios constantes de viento han complicado mucho las labores de extinción que ya ha sido controlado por la Unidad Militar de Emergencia