"No me dejes caer jamás" se tatuó Luisa Fernanda Buitrago bajo uno de sus pechos. Pagó apenas una decena de dólares, pero ahora sabe lo caro que le ha salido. La joven, que estaba embarazada, sufrió una infección bacteriana que afectó su médula espinal, según ha publicado el periódico El Clarín.
A los 15 días de haberse hecho el tatuaje tuvo que ser ingresada en un hospital de la ciudad de Villavicencio, donde, tras realizarle análisis descubrieron que tenía una infección bacteriana que le dañó el nervio ciático y la médula espinal.
La infección fue avanzando rápidamente e inmovilizando sus piernas por lo que dejó de caminar y moverse de forma autónoma. "Empecé con un dolor de espalda, sentía hormigueo en los pies, se me inflamó el estómago, no sentía las partes íntimas", contó.
La resonancia magnética confirmó la infección que se extendió por toda la espalda. Tuvo que someterse a varias operaciones para drenar el pus. Además de seguir un tratamiento durante un mes y medio para contrarrestar el efecto de la bacteria. Su cumpleaños 15 lo pasó hospitalizada luchando por su vida. Para ella, sin embargo, las malas noticias siguieron persiguiéndola y perdió al bebé que esperaba.
“Por mucho medicamento, tuve el aborto el 19 de marzo. Tuve un aborto espontáneo por mucho, demasiado medicamento”, se lamentó la joven en Facebook.
La joven colombiana, ahora espera una nueva operación para tratar de que vuelva a caminar. "En realidad una juventud en una silla de ruedas no es buena. Ser independiente y que de la noche a la mañana dependas de alguien es bastante duro”.