Las dos jóvenes que fueron agredidas por un desconocido el fin de semana en Sanxenxo han confesado sentirse "desprotegidas" ante la falta de medidas tomadas contra el joven que, después del ataque se encuentra en su casa "tan tranquilo": "Él se va a ir de rositas".
Tras darse a conocer la agresión, la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, compareció para declarar que debía mostrarse "cauta" ante este caso, ya que "hay denuncias cruzadas y versiones contradictorias", según recoge 'La Voz de Galicia'.
La subdelegada hace referencia con esto a las denuncias interpuestas por las dos agredidas y a la que presentó también el joven contra las chicas y aportando un parte de lesiones. A pesar de que las jóvenes aseguran que "fue él el único que pegó".
Los hechos ocurrieron de madrugada en el paseo marítimo. Sin saber por qué, un joven se acercó a un grupo de chicas para insultarlas. "Sois todas unas putas" y "apestáis a sangre de regla" son algunas de las frases que el desconocido soltó; o la más escalofriante de todas: "Si a los de 'La Manada' no les pasó nada, a mí por daros dos hostias menos".
Una de ellas le instó a que se marchara y el agresor respondió con una fuerte bofetada. No fue el único golpe, ya que otra de las compañeras de la joven recibió un empujón por parte del joven que la dejó en el suelo.
Después, el desconocido echó a correr cuando vio que intentaban grabarle con el móvil para incluirlo en la denuncia que posteriormente presentaron ante la Guardia Civil. Los agentes dieron con el autor y se lo llevaron detenido, pero fue puesto en libertad al poco tiempo.
"Lo bueno es que no te sientes sola porque ves que tienes ahí a tus amigos, a tu familia, a los testigos, a mucha gente que te muestra su apoyo... y sabes de sobra que aunque digan que hay versiones contradictorias tú viviste lo que viviste", declara al medio local una de las afectadas.
Además de sus testimonios, otros testigos que presenciaron lo ocurrido aportaron su visión de los hechos, respaldando a las denunciantes.
Con todo, una de las agredidas ha expresado sus deseos de que todo quedase grabado en las cámaras de seguridad, para así no dar lugar a 'versiones contradictorias'.